lunes, 11 de mayo de 2009

Relieve de America

Relieve

Podemos integrar todas las formas del relieve en tres estructuras básicas. Las llanuras sedimentarias, las llanuras de rocas metamórficas y las montañas. Cada una de ellas tiene sus formas de relieve asociadas.

Las llanuras sedimentarias se desarrollan sobre grandes cuencas en la que se han depositado sedimentos a lo largo de los siglos. Son los lugares a los que van a parar todos los materiales arrancados y transportados por la erosión. Para que estos permanezcan ahí deben de tener un sustrato de rocas metamórficas hundido y cerrado. A este sustrato se le llama cubeta. Es sobre esta cubeta sobre la que se crean las grandes llanuras de arcilla y caliza. Su forma concreta dependerá de las características del relieve tabular. El peso de los materiales sedimentados provoca movimientos epirogénicos de carácter descendente. Sobre este tipo de llanuras aparecen grandes sistemas fluviales: Amazonas, Paraná, Congo, Duero. Existen dos tipos de cuencas sedimentarias, las de origen precámbrico, muy antiguas, muy grandes y situadas en torno al ecuador y los polos; y las de origen caledoniano y herciniano, más modernas, más pequeñas y situadas en las latitudes medias.

Las llanuras sobre rocas metamórficas se llaman escudos (de origen precámbrico, grandes y situados en torno al ecuador y los polos) y macizos antiguos (origen caledoniano y herciniano, más pequeñas y situados en las latitudes medias). También están formadas por plataformas, pero a diferencia de las cuencas sedimentarias, son superficies de erosión puestas en resalte. Es decir, si la cuenca sedimentaria es la parte de la plataforma en la que se acumulan los sedimentos, los escudos y los macizos antiguos es la parte de la que se desprenden. Los escudos abarcan la mayor parte de los grandes continentes. Escudos y macizos antiguos presentan los restos de las antiguas montañas erosionadas. Es posible que algunos de ellos haya sufrido un rejuvenecimiento durante la orogenia alpina, por lo que pueden estar, de nuevo, en resalte. Sobre estas estructuras se desarrolla el relieve sobre rocas metamórficas y el relieve apalachense.

Las montañas se presentan en grandes cadenas de plegamiento. Las montañas aparecen por el plegamiento o la fractura de los materiales sedimentarios, o las rocas metamórficas. Presentan un gran variedad geológica y de formas. Se distinguen dos tipos de cadenas de plegamiento: las simples y las compuestas.

Las cadenas de plegamiento simples presentan pliegues de poca potencia, dispuestos rítmicamente, y con un paralelismo muy acusado. En general, se disponen en torno a las cadenas de plegamiento compuestas. Sobre ellas se desarrollan relieves plegados jurásicos (directos o invertidos) y apalachenses.

Las cadenas de plegamiento compuestas presentan pliegues complejos, con mantos de corrimiento y fracturas, propios del relieve alpino. Tienen un aspecto caótico y muy variado. Los empujes han sido tan fuertes que algunas de las fallas que se crean pueden mostrar restos de vulcanismo. En el eje central de estas cadenas aparece un relieve fracturado con grandes bloques elevados y hundidos. Normalmente se encuentran en la zona más alta de las grandes cadenas montañosas.

 

El medio físico.

 El relieve de América ofrece un panorama variado, constituido por grandes cadenas montañosas que generalmente se extienden paralelamente a los litorales del Pacífico y del Atlántico, amplias llanuras que ocupan la porción central del continente y mesetas, altas y bajas, limitadas por cordilleras.

Hidrografía: América tiene costas hacia el oeste con el Océano Pacífico, lo que le proporciona comunicación con Asia y Oceanía; al este con el Océano Atlántico, que le sirve de enlace con Europa y África. Precisamente, tres regiones de este océano forman lo que es conocido con el nombre de Mediterráneo Americano: el Golfo de México, el mar de las Antillas y el mar Caribe.

El Golfo de México es poco profundo en todas las regiones cercanas al litoral, pero tiene una gran fosa tectónica en el centro y, a expensas de él, se han ido formando por levantamiento tierras de la llanura costera del propio Golfo. Tiene dos accesos: por el estrecho de la Florida, entre la península de este nombre y Cuba, y por el estrecho de Yucatán, entre la mencionada isla y el elemento peninsular yucateco. Ocupa una superficie de 1.600.000 km2.

El mar de las Antillas se extiende entre las costas orientales de la península de Yucatán, las septentrionales de Honduras y de Jamaica, las occidentales de Haití y las meridionales de Cuba. Es una depresión formada por plegamientos del terciario, y una de sus zonas, la hoya de Bartlett, tiene grandes profundidades. Su extensión es de 450.000 km2. Con una extensión de 1.490.000 km2, el mar Caribe se encuentra entre las islas Jamaica, Haití y Puerto Rico, al norte; las Antillas Menores, al este; las costas septentrionales de Sudamérica, al sur, y las costas orientales de la América Central, al oeste. Se trata de un mar muy antiguo y, muy distinto a los dos anteriores. Se encuentra al sur de las prolongaciones orientales de los plegamientos modernos de Norteamérica, y al norte de los plegamientos, también orientales y modernos, de Sudamérica. Sus límites, al oriente (insular) y al occidente (ístmico), lo constituyen zonas volcánicas terciarias y cuaternarias. Humboldt denominó Andes Americanos a todo el sistema de sierras del oeste de América, que van desde el estrecho de Behring, hasta Tierra de Fuego. Para dar una idea precisa de lo que representa el diverso y extraordinario relieve de América, es conveniente dividirlo en América del Norte, América Central y América del Sur. Los elementos principales de este gran sistema montañoso son las Rocallosas de Norteamérica, las Sierras Madres mexicanas, las montañas centroamericanas, las Antillanas y los Andes Sudamericanos.

Montañas Rocallosas. Se integran de tres elementos del relieve de América del Norte que son los siguientes: Montañas Rocallosas, propiamente dichas; Sierras Cercanas al Océano pacífico; y las mesetas intermontanas, entre las dos cadenas anteriores. Las montañas Rocallosas comprenden diversas sierras que comienzan en Alaska, en donde reciben el nombre de Endicott, y en Canadá septentrional donde son conocidas como Mackenzie; continúan más al sur con las Rocallosas canadienses y estadounidenses y, por último, con las montañas de Transpecos. Estas sierras son principalmente de plegamiento, aunque las Rocallosas propiamente dichas están cubiertas en algunas regiones de lava y toba volcánica modernas.

En medio de las sierras cercanas al Océano Pacífico, pueden mencionarse la Sierra de Alaska, la Sierra Costera de Columbia Británica, en Canadá, y las sierras Cascada y Nevada en Estados Unidos, en las cuales predominan las rocas volcánicas de erupciones modernas y batolitos.

Entre las dos cadenas montañosas se encuentra una serie de mesetas intermontanas que son, de norte a sur, la del río Yukón, las de los ríos Fraser y Columbia y las del río Colorado, que en parte es conocida también con el nombre de Gran Cuenca y con el de Región Cuencas y Sierras.

La meseta del Yukón está formada por rocas sedimentarias antiguas y por la llanura fluvial cuaternaria de ese río; las mesetas del Fraser y del Columbia tienen grandes extensiones cubiertas por lava volcánica moderna, y la Gran Cuenca presenta una cubierta superficial en la que predominan terrenos producidos por las condiciones desérticas del cuaternario.

Sierras Madres. Este nombre es el que tradicionalmente se aplica en México a las principales cadenas montañosas, representadas por los elementos mencionados a continuación:

Las montañas de plegamiento con batolitos, y algunas rocas eruptivas que se han descrito como Sierras Cercanas al Océano Pacífico de Norteamérica, se continúan en las Sierras de Baja California, la Sierra Madre del Sur y la Sierra Madre de Chiapas.

Las Montañas Rocallosas, el elemento principal del relieve de Norteamérica, tiene su prolongación en la Sierra Madre Occidental, los plegamientos que atraviesan México septentrional, a la altura del paralelo 20° N, la Sierra Madre Oriental, la Sierra Volcánica Transversal, así como en las mesetas y Sierras del Norte de Chiapas.

Entre estos elementos montañosos principales se encuentra una serie de depresiones intermontanas como la depresión que conforma el Golfo de California, la Depresión del Río Balsas, la depresión que corresponde a los ríos Tehuacán y Tomellín y, por último, la Depresión Central de Chiapas. En estas depresiones son frecuentes las rocas cuaternarias (llanuras costeras de Sonora y Sinaloa), aunque también se hallan rocas sedimentarias de otras épocas (depresión del Balsas y depresión central de Chiapas) y, algunas veces, lava volcánica moderna (depresión del Balsas).

Las montañas centroamericanas y antillanas. En América Central y las Antillas las montañas son de dos tipos principales:

• Montañas de plegamiento, que son la continuación de las Rocallosas y Sierras Madres.

• Montañas formadas por edificios volcánicos.

Son montañas de plegamiento, compuestas principalmente de rocas de magma, las que se sitúan al este de la Sierra Madre de Chiapas, los Altos de Guatemala y las Sierras septentrionales de Honduras y de Nicaragua, y las montañas de Jamaica y del suroeste de Haití.

Las montañas de plegamiento, que son continuación de la Sierra Septentrional de Chiapas, como las montañas guatemaltecas situadas al norte del lago Izabal, la sierra de Cockscomb, en Belice; la Sierra Maestra del oriente de Cuba, las montañas del noroeste de Haití, las Sierras Centrales de Santo Domingo y de Puerto Rico y las Islas Vírgenes.

Entre estos dos elementos se encuentra una serie de sinclinorios: la depresión del lago Izabal, la Gran Hoya de Bartlett, entre Cuba y Jamaica; el Golfo de Gonaives, en el oeste de Haití, y la depresión de Enriquillo, en Santo Domingo.

Del segundo tipo son los elementos que a continuación se señalan:

• La Sierra Volcánica que comienza al sur de Guatemala y se prolonga cerca del Océano Pacífico hasta el istmo de Panamá.

• El archipiélago de islas volcánicas que se extiende entre las islas Vírgenes y la isla de Trinidad, pero que excluye a estos elementos insulares.

Entre las montañas del norte de Honduras y de Nicaragua, de un lado, y la Sierra Volcánica de Nicaragua y Costa Rica, del otro, se encuentra la depresión de los lagos Nicaragua y Managua.

Andes Sudamericanos Esta gran cordillera está formada por plegamientos que atraviesan de Sur a Norte toda América del Sur, en regiones cercanas al Océano Pacífico. A estos plegamientos los cubren en algunas regiones grandes capas de lava y toba volcánica, o edificios volcánicos, todos modernos, en los que predomina la andesita, es decir, una roca menos básica que el basalto.

En Chile y Argentina, los Andes constituyen una gran cordillera principal, en Perú y Bolivia existen dos grandes cordilleras, una oriental y otra occidental, entre las cuales se encuentra la Altiplanicie peruano boliviana, que está formada por mesetas interiores de rellenamiento lacustre, como la del lago Titicaca, por ejemplo.

En Ecuador también los Andes forman un gran macizo de montañas semejantes al de Chile, pero limitado al este y al oeste del país por dos sistemas montañosos.

En Colombia, los Andes se dividen en tres cordilleras: la oriental, la central y la occidental, entre las cuales se extienden depresiones y llanuras fluviales, sobre las que corren los ríos Magdalena y Cauca. En Venezuela, los Andes ya orientados de este a oeste, como ocurre en Centroamérica con las montañas de Guatemala, Honduras y Nicaragua, se prolongan a lo largo de toda la costa septentrional hasta quedar sumergidos y formar, más adelante, la isla Trinidad.

Las montañas antiguas: Entre las montañas antiguas de América pueden mencionarse las Montañas Apalaches en Norteamérica; así como el macizo montañoso de la Guayana y el macizo montañoso de Brasil, en Sudamérica.

Los Apalaches. Se extienden desde cerca de la costa del Golfo de México, al norte de la Florida, hasta la isla de Terranova, atravesando el este de los Estados Unidos y una pequeña zona del orienta de Canadá. Se formaron durante la revolución geológica Apalachiana, a fines del Paleozoico, época en que debieron tener una gran elevación. Incluyen las montañas Apalaches propiamente dichas, al centro, las mesetas apalachianas, de denudación o desgaste, al oeste, y las mesetas de piedemonte, al este.

Las montañas de la Guayana. Constituyen un gran macizo que se extiende de este a oeste entre las cuencas de los ríos Orinoco, al noroeste, y Amazonas, al sur.

Las montañas de Brasil. Al sur del río Amazonas, ocupando extensas regiones del centro y oriente de Brasil, se encuentran las regiones elevadas que reciben el nombre de macizo de Brasil donde, como en Norteamérica, predominan las rocas azoicas, proterozoicas y paleozoicas; pero en la región sur de las montañas se encuentra una extensa área de mesetas o llanuras cubiertas de lava o toba volcánica moderna.

Por la naturaleza de sus rocas, el Macizo de Brasil puede considerarse como formado por montañas magmáticas antiguas. Sin embargo, en algunas regiones de este macizo existen mesetas interiores que son principalmente de denudación o desgaste, y en su región noreste está atravesado, de sur a norte, por la importante cuenca del río San Francisco.

Llanuras y mesetas centrales. Entre los elementos montañosos americanos se encuentra una serie de llanuras y mesetas, entre las cuales son más destacadas el Escudo Canadiense, la Llanura del Misisipi, las Grandes Llanuras del Oeste y la Altiplanicie Mexicana, que se ubican en Norteamérica; los Llanos del Orinoco, las Llanuras del Amazonas, el Chaco, la Pampa, la Patagonia, en Sudamérica.

El Escudo Canadiense. Se extiende por casi todo el norte y este de Canadá y recibe el nombre de escudo por la forma del relieve de la región, que se asemeja a un escudo de guerra. Es una región formada por masas magmáticas y metamórficas antiguas en casi toda su extensión, excepto en sus bordes, donde existen rocas sedimentarias paleozoicas.

La presencia de rocas tan antiguas, como las azoicas, proterozoicas y paleozoicas, se explica por el hecho de que es una región de la Tierra que ha estado durante mucho tiempo por encima del nivel del mar y, como consecuencia de ello, ha sufrido una intensa denudación.

Esta región estuvo cubierta de hielo durante el Pleistoceno, por lo cual, a lo largo de los límites glaciares continentales de la época, se formaron numerosos lagos y grandes ríos. Entre estos pueden mencionarse los Grandes Lagos: Superior, Michigan, Hurón, Erie y Ontario, ubicados entre los límites de Canadá y Estados Unidos. Los lagos Grande de Osos, Grande de Esclavos y el Athabasca, que desaguan en el río Mackenzie; el lago Winnipeg, que afluye en el río Nelson. Además otros lagos que desaguan en el río Churchill.

Grandes Llanuras. Es el nombre genérico de una región regada por tributarios de los ríos Mackenzie, Churchill, Nelson y Misisipi, que abarca el sur y el centro de Canadá, así como el este de estados Unidos, que está integrada de mesetas poco elevadas de piedemonte y compuestas principalmente de rocas del mesozoico y del terciario que ha sufrido escasa denudación debido al clima seco.

Llanuras del Misisipi. Se ubican al sur de los Grandes Lagos, al oeste de las montañas Apalaches y al este de los Grandes Llanos. Es una región de planicies bajas, denudada por afluentes del río Misisipi, formadas por rocas sedimentarias de diversos periodos; pero a lo largo del río y en su delta tiene extensas llanuras fluviales de sedimentos del cuaternario.

Altiplanicie Mexicana. Se considera la continuación de las Grandes Llanuras. Al igual que estas, está formada por rocas del Mesozoico, pero presenta rocas del cuaternario, debido a que está compuesta de mesetas altas de sedimentación o rellenamiento. Como límite entre las grandes Llanuras y la altiplanicie Mexicana está el río Bravo, cuyo principal afluente mexicano es el río Conchos.

Llanos del Orinoco. Limitan al norte con los Andes Venezolanos, al oeste con la Cordillera Andina Oriental, de Colombia, y al sur por el Macizo de Guayana. Son de denudación, excepto a lo largo del río Orinoco y su delta, en donde las llanuras son fluviales.

Llanuras del Amazonas. Se encuentran entre las montañas de la Guayana, las de Brasil y los Andes y están formadas por rocas sedimentarias de diversas épocas, con predominio de los materiales terciarios en toda la zona occidental, que es de denudación. Por el contrario, a lo largo del Amazonas y sus afluentes, así como del delta mismo, son extensas las llanuras fluviales sedimentarias del cuaternario.

El Chaco y la Pampa. Entre las montañas del Brasil, que se encuentran al norte y este, y los Andes, situados al oeste, se localizan extensas regiones de llanuras, como el Chaco y la Pampa. Estas llanuras son casi todas de piedemonte y están formadas principalmente de sedimentos del cuaternario. A lo largo de esta región corre el gran río Paraná, con numerosos afluentes. En estos ríos se han formado las correspondientes llanuras fluviales.

Patagonia. Al sur de la Pampa, y limitada con el Océano Atlántico al este, y al oeste con los Andes, se encuentran las llanuras de la Patagonia. Es una llanura costera de levantamiento formada principalmente de sedimentos cuaternarios, que en parte corresponden al clima seco. En el extremo sur de la Patagonia y en la isla de Tierra de Fuego las llanuras son glaciales.

Llanura Costera Noratlántica. Al este de Estados Unidos y bordeando todo el Golfo de México, se encuentra la extensa Llanura Costera Noratlántica. Son tierras que comenzaron a levantarse en el mesozoico, que continuaron levantándose durante el terciario y que aún en el cuaternario han sufrido un proceso de elevación.

En las regiones continentales de esta zona se encuentran dispuestas desde el exterior al interior y en forma concéntrica, rocas del mesozoico, terciario y cuaternario, todas de origen marino principalmente y, sólo en la desembocadura de los grandes ríos (Misisipi, Papaloapan, Coatzacoalcos, Grijalva y Usumacinta) predominan las llanuras fluviales sedimentarias del cuaternario.

En las penínsulas de Florida y Yucatán, así como en las regiones centrales y occidentales de Cuba, se presentan grandes extensiones de karst.

Llanuras Costeras del Pacífico. A lo largo de la costa del Océano pacífico existen pocas extensiones de llanuras costeras. En estas llanuras son frecuentes los sedimentos del cuaternario, excepto en el norte de Chile, Perú y la costa occidental de Baja California, donde los terrenos cuaternarios son propios de clima seco.

En Canadá tienen una prolongación en la isla de Vancouver y en el archipiélago de la Reina Carlota; así como en el sur de Chile, en la isla de Chiloé y en el archipiélago de los Chonos.

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