jueves, 29 de octubre de 2009

EE.UU.: pobreza y desigualdad. Mariana Martínez. Columnista, BBC Mundo

Al caminar por las calles de la pequeña Haití, un barrio ubicado en el corazón de Miami, Florida, y poblado mayormente por inmigrantes haitianos, es posible enfrentarse cara a cara con la pobreza.
Casas precarias y de paredes descoloridas, cuyo deterioro desafía a los constantes huracanes e inundaciones que sufre la ciudad continuamente; niños y adultos deambulando por las calles, y tiendas con anuncios en creole, son el común denominador de la zona.
Paradójicamente, alcanza con caminar un par de cuadras para enterarse que el barrio colinda con otro, Coconut Grove, donde la prosperidad y la riqueza emanan de los escaparates de las tiendas, los yates y las grandes propiedades.
Pero este contraste entre dos mundos tan diferentes no sólo ocurre en Miami. Es posible observarlo en casi todos los estados. De hecho, los pobres en Estados Unidos suman 37 millones y representan un 12.6% (apenas una décima por debajo de 2004) del total de la población del país, según datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos.
La cifra sorprende si se piensa que EE.UU. es una potencia económica mundial, con un ingreso familiar medio de US$ 46.300 anuales y séptimo en el ranking del índice de desarrollo humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), lo que lo ubica entre los mejores lugares del planeta para vivir y prosperar.
Y más aún cuando cientos de personas provenientes de diferentes regiones del planeta, pierden la vida diariamente al intentar cruzar la frontera con el único objetivo de buscar un trabajo que los haga progresar.
Pobreza "disfrazada"
No se pude negar, sin embargo, que la pobreza en Estados Unidos es bastante diferente a la que se puede observar en las calles de cualquier ciudad de Latinoamérica o en algún pueblito perdido en África o Asia. La pobreza en Estados Unidos existe pero está "disfrazada".
Es difícil imaginar a un pobre en Latinoamérica viviendo en su casa con aire acondicionado o calefacción central, mucho más con un auto, aunque sea un modelo de hace 30 años atrás, estacionado en la acera.
En Estados Unidos, una persona puede contar con todos esos "lujos" pero seguir siendo pobre. Después de todo, puede no tener trabajo, o no poder cubrir sus gastos de educación y/o la salud, ni tener casa propia, ni cuenta en el banco. En pocas palabras, los pilares del sueño americano de prosperidad y desarrollo.

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